Los reyes de la carretera no son las personas, son los coches y no sólo en la carretera, lo mismo sucede en la ciudad.
Mientras esto sea así será imposible impulsar un tranporte ecológico como la bicicleta.
El sábado pasado a Lalo, que iba un metro delante de mi en la bicicleta le dio un turismo con el espejo retrovisor en la espalda, el casco le salvó la vida. El turismo no respetó el 1,5 metros de distancia de seguridad, pero no sólo fue el turismo que lo tiró en la carretera los que no respetan el 1,5 m, son más de un 50% los que te pasan rozando sin respetar siquiera medio metro.
Las consecuencias de esto son que se te quiten las ganas de coger la bicicleta, para cualquier uso. No podemos estar pididendo continuamente que deje el coche en casa, que salga en bici cuando las ciudades sólo están diseñadas para los turismos. Creo que mientras no se limite el número de vehículos en las ciudades y no se hagan más carriles bici, sólo unos pocos valientes vamos a aventurarnos a coger una bici para sentirnos un poquito libres.
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