miércoles, 2 de julio de 2008

PARA RESTAR HACEN FALTA DOS TÉRMINOS


En la actualidad muchas empresas, por ejemplo de aviación, para no hacernos sentir mal se dedican a plantar árboles para contarrestar el CO2 emitido en sus viajes, pero, por honrados que quieran ser en sus propósitos, es imposible tener una contabilidad exacta en sus proyectos.Y ustedes dirán ¿por qué?
Podemos decir que un vuelo a Londres produce tantas toneladas de CO2 y podemos calcular el contenido de CO2 de un arbol y calcular cuantos árboles nos harían falta para contrarrestar las emisiones, pero esto no es real. Para plantar árboles necesitamos terreno y eso significa que estamos eliminando otro cultivo. No podemos saber dentro de 20 años lo que habría en esa tierra (cultivos para alimentación u otros) y además es que un arbol en su vida no absorve la misma cantidad de CO2 porque al plantarlo casi no absorve si no que en algunos casos emite y alcanza su máximo pico de absorción antes de llegar a la madurez(60 años en algunos casos), los árboles pueden morir antes de alcanzar la madurez. Sería también necesario determinar la absorción real del cultivo que habría en ese lugar si no hiciéramos nada y ¿Quién sabe que cultivo habría en 20 años? Como desconocemos esta cifra no podemos realizar la operación aritmética, es así de sencillo.
Con estos proyectos en el mejor de los casos sólo se consigue retrasar el punto en que se ahorra emisiones y en el peor nos hace creer que podemos seguir contaminando.
Como dice George Monbiot en su libro Calor, cómo parar el calentamiento global: "Comprar y vender proyectos contra el CO2 es como mover la comida por el plato para dar la sensación de que se ha comido."

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